Ni apocalípticos ni integrados, globalización y cultura

Conceptos como globalización, gobernabilidad o democracia se transforman en eslóganes que terminan “pensándonos”, es decir, limitando nuestra capacidad crítica en lugar de ayudarnos a comprender la realidad. La globalización se convierte así en un fetiche intelectual que se repite mecánicamente, sin reflexión. Frente a ella predominan dos posturas igualmente problemáticas: Los apocalípticos, que consideran la globalización una fábula o simplemente un nombre nuevo para procesos muy antiguos. Los integrados, que convierten la globalización en una doctrina totalizante -el “globalitismo”- presentada como la única vía posible. Ambas posiciones, según el autor, empobrecen el análisis y reducen la complejidad del fenómeno.